¿Os acordáis cuándo el verano era eterno y teníais ganas hasta de que empezara el colegio? yo tampoco…
Últimamente juego a la lotería con unas compañeras del trabajo, nunca he jugado mucho y siempre me quejaba de que no me tocaba nada, pero si es que si no empiezo por jugar, no va a venir a mí una suma suculenta de dinero, eso es así y no es probabilidad, es de cajón.
Resulta que empezamos con las corazonadas de que iba a tocar el décimo de la lotería en un pueblo de Soria, luego dijimos de León, Salamanca, Cáceres, al final reunimos 4 décimos y los compartimos entre risas, con eso del ¿te imaginas? nos tocaron finalmente 20 euros. Esos 20 euros, seguimos soñando y miramos las diferentes opciones: que si el euromillones, que si el cuponazo del día del padre, etc…y así.
Me he dado cuenta que soy pobre hasta para soñar despierta con el famoso ¿te imaginas? que creo que usan como eslogan algunas loterías para su campaña de publicidad. Primero empiezo a pensar, «Buah, me haría la vuelta al mundo por supuesto, y nada de hostales, un buen hotel, de estos que tienes todo incluido» y luego pienso: » A mí no me va a tocar, si no estoy tan mal, no me puedo quejar, si realmente soy una afortunada de la vida…». Y digo yo luego ¿quién te está coartando para que sueñes a lo grande?, ¿quién?, si desear no es malo, si divagar de que te tocaran un montón de millones de las antiguas pesetas, no es malo, ¡es humano! (como Chenoa). Entonces, esta mañana que me ha costado salir de la cama más de lo normal y ya es decir, en esta primavera disfrazada de invierno de Enero, he pensado, si fuera rica, aprovecharía más la vida y no se me pasarían los años tan fugazmente, porque la vida de los trabajadores normales de a pie, pasa muy rápido, porque el trabajo tatúa fieramente los hábitos cotidianos.
-Alarma a las 6,30, saca al perro, desayuna corriendo, atasco, trabajo, trabajo, trabajo (así x9), come, vuelve a casa, limpia, la compra, saca al perro, Netflix y así.
Y demos gracias a que esta Netflix para despejarnos la cabeza.
Si fuera rica, lo primero que haría sería destruir esa rutina, me levantaría siempre con la certeza de que haría algo nuevo, algo diferente, que los madrugones merecerían la pena, porque quizás me despertaría contemplando las pirámides de Egipto, en una playa de Bali, visitando el Machu Pichu, volviendo a Nueva Zelanda. Iría muchas más veces al teatro, conciertos, iría de compras sin tener que estar pendiente de la tarjeta y tu propio límite de: «bueno, ala, ya te has dado el caprichito». Iría al gimnasio conscientemente porque tendría un entrenador personal, estaría como Paula Echevarría, porque serían 24 horas para mí y solo para mí y para hacer lo que me diera la gana. Creedme que escribo esto y pienso : «materialismo», «superficialidad», «hedonismo», pero porque no soy rica, claro…
Mi sueño sería montar una librería-cafetería supercuqui, que incluso yo misma llevaría, sin la preocupación de va bien o no, porque sería mi hobby y yo estaría forrada, y me daría igual. Lo disfrutaría, entre viaje y viaje, evento cultural y masajes, tendría mi librería. La, La, La, La.
Otro sueño sería montar una casa Rural, supermona, en cualquier sitio del País Vasco o Navarra y luego tendría una casa en Zarautz de cara al mar. También tendría un chalet supergrande con una gran piscina en mi tierra, al lado de Úbeda, y montaría varios negocios allí. Pero como sería tan sumamente rica, no estaría con la presión de sacarlos adelante, pero estaría pendiente, porque aunque fuera rica, no me gustaría dejar de trabajar. Trabajaría «relajá».
Y eso haría, y ahora, corto esto, apago la imaginación y voy a abrir el correo del trabajo a ver que tengo…
Pero que nadie coarte tus sueños, soñar es de las pocas cosas gratis.