Razones por las que sí estoy siguiendo este nuevo Operación Triunfo

El primer OT fue un fenómeno televisivo, musical y social, yo me enganché ya demasiado tarde, pero recuerdo a los fans, recuerdo como se vendían como churros los cds individuales de las galas y me sonaban los nombres. Lo que pasó después con todos los concursantes, ya lo sabemos todos. Creo que luego volví a ver un OT en el que salía Danni Úbeda y como era de mi pueblo, pues lo vi. Y luego como no soy muy amiga de los realities, abandoné OT y si hubo ganadores no recuerdo ni quienes eran. Una pena, pero es que la fama como en el fútbol es así, un día estás en la cima y otra estás desaparecido en el limbo del «¿que fue de…?»

La nueva edición de Operación Triunfo ha devuelto la ilusión por las noches de los lunes, aprovecho desde mi humilde blog para pedir por favor, un cambio de hora. ¡Me levanto a las 6! es imposible que aguante para verlo todo hasta la 1. ¡Compasión! y los chavales que van al instituto, please!!!! que a nadie le interesa el programa de Cárdenas.

Lo que decía, la nueva edición de Operación Triunfo ha vuelto con fuerza. ¿Las razones? pues el uso de las redes sociales de manera magistral como instagram para fomentar seguidores y fans, noticias al minuto, etc. La app con las galas, con comentarios de twitter, votar favorito y para salvar, el canal 24 horas con youtube que funciona de maravilla. Y los comentarios de la gente alabando a su favorito, los memes, los benditos memes. Una poderosa gestión de todo lo que internet nos está brindando para entretenernos. Esto es una de las cosas que mejor están haciendo en este Operación Triunfo.

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Por supuesto, los concursantes. Este casting está muy conseguido y se nota una generación acorde a nuestros tiempos. No puedo estar más orgullosa de unos chicos tan auténticos como estos, con tanta preparación y cultura musical. Si vemos la primera edición de OT y esta, se nota que hay un gran cambio generacional. Sin querer desmerecer a los chicos de la primera, pero aquí hay chicos que tocan hasta tres instrumentos, que tienen grado profesional de piano y que el nivel de inglés ha subido considerablemente. Y una cosa común e inalterable en el tiempo para el éxito, es que tienen ganas, esfuerzo y constancia. Pero también hay talento, mucho talento. Por eso me he enganchado, porque da gusto ver como trabajan, como se superan con cada gala. Como ver que esta generación de pipiolos, tienen chispa, sentido del humor, son frescos, cantan de maravilla, componen y gracias fuerzas de la galaxia, el reggaeton no les ha frito el cerebro. Conocen temas como «The House of the Rising Sun», aman a Sinatra, Michael Jackson y conocen canciones de ayer y de hoy. Se nota que detrás, hay interés y una educación musical. Una educación musical totalmente necesaria en esta vida. Porque la música es vida, es pasión, es consuelo, es sentimiento, es arte.

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Mi siguiente razón serían : Los profesores, el primer OT no lo seguí como os decía antes y no creo que hubiera apreciado la labor que hacen los profes. Pero ahora que yo lo soy, veo lo que hacen en sus clases, como los guían, asesoran, enseñan, les ponen los pies en la tierra, los motivan, sacan lo mejor de ellos, les aportan conocimiento y disciplina, como les dan geniales «feedback» que desde mi punto de vista es lo más difícil de hacer como profesor, dar a un alumno una crítica útil y constructiva en la que se refuerce lo positivo y se maticen los puntos a mejorar o las carencias sin hacer daño. Un buen profesor es el que sabe hacer esto. Y en esta academia hay buenos profesores, unos con más experiencia y otros que se están empapando de todo para dar una buena clase. Gran fichaje «Los Javis» porque aunque no sean profesores, están aportando esa frescura que los ha llevado a ser ya unos grandes referentes en el mundo del teatro español y también audiovisual, que no se le olvide a nadie que «La Llamada» ha sido todo un fenómeno y que nos han dado a la inigualable «Paquita Salas». ¿Quién dice que las nuevas generaciones no tienen talento?, ¿Quién es capaz de decir que la juventud no sirve?

Rompería tres mil lanzas a favor de todos estos chicos, de los profesores, de toda esta maravillosa edición que está conjugando lo mejor de lo pasado con la experiencia y toda la frescura de esta nueva etapa, de la que me alegro poder experimentarla. Porque yo sí creo en nuestros chicos, yo sí creo en la educación musical, en el talento, en el esfuerzo y el trabajo.

A los chicos, les deseo mucha suerte en su camino y que trabajen mucho para dedicarse como quieran al mundo de la música o la interpretación, ya sean musicales, teatro, tv o ganando Grammys. El mundo es difícil, hay que luchar por no caer en el olvido. Conseguir que el público esté contigo y una trayectoria es lo más complicado para un artista, por eso nunca hay que desmerecer a aquellos grandes artistas que han movido masas a sus conciertos, puesto sus discos en el número uno, llenado teatros, petado su instagram. El público, ese temido verdugo o ese aliado infinito. ¡Ánimo chicos!

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Stranger Things 2, aún mejor

El fin de semana pasado, me bebí los 9 capítulos de la segunda temporada de «Stranger Things», la primera me gustó mucho, pero esta segunda me ha gustado incluso más. Ya conocemos a los personajes, ya les tenemos un cariño especial, son nuestros «Gonnies» de hoy en día. Me caen bien, me gustan ese friskimo-nerd que tienen, porque yo de niña también buscaba tesoros, iba en bici, desbordaba imaginación, ¿qué no habría dado yo por vivir una aventura así? con Demogorgon incluido.

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«Eleven» jefaza

Me gusta «Stranger Things» por ese elemento nostálgico que la hizo tan popular, ¿se puede vivir solo de nostalgia? pues para mí sí, porque es nostalgia bien hecha. En esta segunda temporada, que más que segunda temporada, para mí va en pack con la primera, es su continuación, su secuela. Se han potenciado los elementos más ochenteros más característicos, la BSO, los peinados de Steve y Billy, los petos vaqueros, se mantienen las bicis, aparecen los recres, tenemos a Winona. He disfrutado como un niña pequeña, he disfrutado como cuando de pequeña en los noventa, veía las reposiciones de Los Goonies, de Alien, de Regreso al futuro, de Teen Wolf, de Los Gremlins. Yo crecí con ese cine, crecí con un Spielberg en estado de gracia, con un Wes Craven que me hizo tener pesadillas horribles, con Zemeckis, con los magos de los 80. Con los magos que no tenían la tecnología de ahora, para mí ellos son como los egipcios de entonces, ¿cómo pudieron crear tales historias? originales, tiernas, creativas, ahora tan kitsch, retro, pero que adoro. Es vivir un «San Junipero» constante.

Esa fabulosa mezcla entre comedia teen, scifi, terror y drama, un reparto pletórico, niños astutos, curiosos, niños que no están idiotizados. Quiero formar parte de esa pandilla y estoy enamorada de Steve, lo reconozco. Quiero más «Stranger Things», pero que tenga un final digno, que tenga una vida digna, 3 o 4 temporadas y ya está, y que se quede para los fieles como yo, que se convierta en serie de culto, en homenaje a los maravillosos 80 que supusieron un antes y un después, que nos dieron la creatividad elevada a la máxima potencia. ¿Nostalgia? mucha y a mucha honra.

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Los Cazafantasmas, por diosss, solo nuestra generación adora a los Cazafantasmas

Crítica al final de «The Leftovers»

Escribo estas percepciones sobre “The Leftovers” sin darle tiempo a que finalice su tercera y última temporada, mis dedos escriben al ritmo de “Take on me” de A-Ha, versionada por una banda llamada Genghis Barbie. La canción la descubrí en esta última temporada, en el capítulo centrado en el personaje de Nora Durst (Carrie Coon), porque si algo tiene también esta serie, es una BSO espectacular.

He discutido mucho sobre esta serie, con gente que no la entiende y que se empeña en entenderla, también con gente a la que supuestamente le gusta pero la tachan de algo snob, muy hípster, algo demasiado cool. Y sin embargo, yo no puedo más que quitarme el sombrero con cada nuevo capítulo. Esta temporada cada capítulo está centrado en uno de los personajes que protagonizan esta serie. Tenemos a Kevin Senior Garvey, el padre de Kevin tan magistralmente interpretado por Scott Glenn, otro capítulo sobre nuestra querida Nora con una Carrie Coon en estado de gracia, otro episodio centrado en Matt (Christopher Eccleston) y su misión, otro episodio de Laurie (Amy Brenneman) siendo este capítulo uno con mayor carga emocional y dramática hasta la fecha. Y esperando siempre a nuestro adorado Kevin Garvey (Justin Theroux). Ese Justin Theroux que merece todos los Emmys del mundo y que dejen de llamarle elmaridodejenniferaniston, porque Theroux está demencial, apoteósico, excelente.

 

El reparto es brillante, tanto como todos los entresijos de esta nueva temporada y como nos van “desvelando” quizás algo, una conexión entre temporadas y la historia. Entre los “Guilty remmants”, “la departure” y el supuesto final del mundo. Es entonces, con cada escena, tan potente visualmente, tan bien interpretada, con esas melodías tan sumamente sobrecogedoras y a veces, paradójicamente cómicas, que me emociona y me hace reflexionar, de qué trata “Leftovers” y aún a riesgo de equivocarme, porque no ha terminado aún. “Leftovers” es una serie existencialista, es una serie sobre fe. Aunque hay muchísimas referencias bíblicas en esta tercera temporada, no creo que sea una serie religiosa cristianamente hablando, creo que es un serie que toca la fe y la pérdida de fe y que aunque pasen los siglos, el ser humano, siempre querrá seguir creyendo en algo que nos salve del final, de la pérdida, de nosotros mismos.

 

SPOILER, SPOILER, SPOILER

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Os he avisado que vienen Spoilers

 

El lunes pasado me senté una noche más para ver un capítulo de esta serie. Aposté mis ganas a encontrarme un final complejo como todos esos capítulos. Quería encontrar muchas respuestas, aun sabiendo que no las tendría. Y me encontré un capítulo ambiguo, divido en dos supuestas teorías. Me encontré con el resumen de toda la serie, y resulta que esta serie iba sobre el AMOR. El AMOR con mayúsculas, el amor de Kevin y Nora. Y yo pensando que solo se trataba de fe y existencialismo ( que también…)

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Justin Theroux (Emmy ya!!!) y Carrie Coon ( espectacular)

Paso a relatar las dos teorías y destaco que me ha gustado como han cerrado la serie para el resto de personajes, aunque el padre de Kevin tuvo su episodio de gloria y fue espectacular, me ha dado pena no verlo en el último episodio. La preciosa conversación de Matt y Nora, me llegó al alma. Y aunque el penúltimo capítulo nos dio un pequeño regalo a los fans de los capítulos en el «limbo», me habría gustado algo más. Aunque realmente no sé el qué. «The Leftovers» estaba siendo tan perfecta en su singularidad, que soy comprensiva y le perdono que quizás este final me haya dejado algo fría por falta de cerrar ciertas puertas, pero no puedo estar enfadada, es más, este final me ha parecido muy bonito. Ahí van las teorías sobre si Nora finalmente cruzo al otro lado o no, porque al principio del capítulo se ve como Nora está en esa especie de cápsula, levanta la cabeza y grita algo que no sabemos.

Teoría 1:

Cuando un Kevin más envejecido, por fin encuentra a Nora en Australia y finge que la recuerda solamente de Mapleton y que aquella discusión en el hotel nunca existió, la invita a un baile. Ella acude y tienen una bonita conversación y también una preciosa escena bailando, pero Nora, harta de que Kevin no le diga porque está allí, se va diciendo «This is not true». (Todo en el capítulo es sobre verdad-mentira, realidad-ficción)

En la escena más relevante de todo el episodio, Nora le cuenta a Kevin como cruzó al otro lado, le dice que vio a sus hijos, le narra que los otros que quedaron atrapados en esa realidad también estaban sufriendo una “departure” más masiva y como ella se sintió un fantasma en esa dimensión y decide volver al otro lado. Cuenta que busca al científico de la máquina y le pide que le construya una nueva máquina para volver de nuevo y vuelve…por eso está en Australia.

Hay una gran parte del público que asocia este relato con una mentira. Una mentira para protegerse, miente porque no puede ser valiente y afrontar sus problemas. Esta es la teoría racional. La teoría de que lo que cuenta Nora, no era más que una mentira para disfrazar su actitud de duelo, de trauma, de pena, de tristeza, de algo que no podía haber resuelto nunca (la desaparición de sus hijos y marido) y por eso, eligió no cruzar al otro lado y sí una vida de anacoreta por tierras australianas, renunciando así a Kevin y a ser feliz, decide contar esa historia para no confesarle a Kevin que ha vivido con miedo de ser valiente y deshacerse de todos sus conflictos internos. Tiene que taparlo de alguna manera, por mucho que ella haya sido durante toda la serie la que perseguía el fraude y los engaños. Al final, su decisión es la mentira.

Teoría 2:

Cuando Nora le cuenta a Kevin como cruzó al otro lado, como le dice que vio a sus hijos, como le narra que los otros que quedaron atrapados en esa realidad también estaban sufriendo una “departure” más masiva y como ella se sintió un fantasma en esa dimensión. Cuando termina su historia, Kevin le dice “I believe you” y yo pensé: “yo también, Nora”. Porque después de todo, yo soy de las que elige creer. Porque después de haber visto las tres temporadas, haberme dejado llevar con cada capítulo, con cada locura transitoria de Kevin Garvey-Harvey, y yo que no soy capaz de dormir del tirón porque sé que hay algo más en este mundo, no podría si no que pertenecer a la teoría 2, a la teoría del “I want to believe”. Aunque mi yo racional empuje y se cuele en mis pensamientos para estropearme toda la serie y decirme: “Vamos, ¿ y encontró al científico y le construyó la máquina de vuelta? ¿y volvió a abandonar a sus hijos para quedarse desterrada en Australia?”

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«The bravest girl in the world»

 

Lo único que al final importa es la respuesta de Kevin “I believe you”. Porque el amor nos hace ciegos a cualquier excusa, porque cuando amamos, perdonamos, porque esa es nuestra fe. La fe en el otro, la fe del corazón, la de que la razón te nubla y solo quieres escuchar a tu corazón y seguir viviendo, porque aunque el amor no lo sea todo, sí que nos impulsa muchas veces a seguir y seguir aquí, resucitando tantas veces como Kevin. Y viajando a Australia cada año para encontrarla. Para encontrar a Nora.

 

Maravillosa “The Leftovers”, lírica, compleja, onírica, irónica, extraña, hipnótica, visceral, racional, asombrosa, intensa, sorprendente, casi perfecta. No te olvidaré.

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Resumen Año Cinéfilo y Seriéfilo

Con la incursión de las grandes series en los últimos años, la verdad sea dicha es que estoy consumiendo más series que películas. Aunque nunca me gusta dejar el cine de lado. Como cada año, me gusta resumir al final, lo mejor que he visto durante el año y aquí están mis recomendaciones:

«Stranger Things» (2016). Mucho se ha hablado de esta serie de Netflix. Al principio estaba muy reticente de verla porque le gustaba a todo el mundo y yo soy un poco «guay» y pienso eso de que si le gusta a todo el mundo es que muy bueno no será. Pero me equivoqué. «Stranger Things» ha traído a Winona de vuelta y ha resucitado esa nostalgia de los niños de los 80 que crecimos viendo E.T, Los Goonies, Encuentros en la tercera fase, etc, ect. y eso que yo soy más niña de los 90, pero en la TV echaban en bucle estos ya considerados clásicos de la mejor época del cine bajo mi punto de vista. Porque el cine de los 80 poseía magia. Supe que «Stranger Things» me iba a gustar nada más al ver los créditos y la música y así fue… ¿Quién no la ha visto ya?

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«Narcos» (2015). Otra «desconocida» ¿no? No seamos «hijueputas malparios«. «Narcos» hay que verla solamente para empezar a hablar así, anda que no me lo he pasado yo bien ni nada poniendo este acento. Y aunque Wagner Moura no me parece el mejor Pablo Escobar, le reconozco el esfuerzo. Nos bebímos las dos temporadas porque cada capítulo tenía la misma intensidad y soy muy fan de Javier Peña (Pedro Pascal) aunque no le entienda ni papa cuando habla español en versión original. Estoy deseando ver la tercera temporada para ver en acción a Javier Cámara, uno de nuestros mejores actores patrios y a ver si sigue con la misma calidad, a pesar de que Pablo Escobar ya no esté. Esto no es spoiler, es historia…no se me enfaden hijueputas.

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«Sons of Anarchy» (2008) Sí, esta viene con 8 años de retraso desde su estreno a mi vida, pero gracias a Netflix pues me la he visto en 3 meses creo. Me pasó lo mismo con «Orphan Black» son de estas series en las que te molan los personajes, tienen cierto carisma y los capítulos son pura adrenalina. Aunque al principio me caían todos mal, no entendía porque eran tan imbéciles, al final sucumbí a las historias de estos moteros y por supuesto, a la grandísima BSO.

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«Expediente Warren» (2016), bueno para mí la película del año, sin lugar a dudas. James Wan es el mejor en esto de acojonar a la peña. La madre que parió a esta película, estuve dos semanas sin poder pegar ojo, porque se me habían metido varias escenas en la retina y no era capaz de conciliar el sueño y tampoco era capaz de ir por mi casa con la luz apagada. ¿Quién dijo que segundas partes no eran buenas?

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«El libro de la Selva» (2016) me pareció una película visualmente preciosa, me lo pasé como una enana y eso que nunca me gustó la de dibujos animados, pero esta película me parece que ofrece tanto respeto por el reino animal y la naturaleza que la recomendaría 1000 veces.

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En Enero de este año también me devoré «The Leftovers»(pincha para ver mi crítica), «Orphan Black», la segunda temporada de «Better Call Saul», «Master of None» y los «blockbusters» del año que no me gustaron como «X-Men Apocalipsis», «El hogar para niños pecularies de Miss Peregrine», «La chica del tren», «Nunca apagues la luz», «Warcraft, el origen», «La venganza de Jane», entre otras…

¿Qué traerá el 2017? Deseando estoy!

«Master of None»

Con la llegada de «Netflix» a mi vida, he podido ponerme al día con un infinidad de series y de retomar otras que antes me costaba la vida verlas y descubrir algunas joyas como de la que voy a hablar. Sí, soy una fan incodicional de «Netflix» me gustaría que tuvieran un catálogo más amplio y que apareciera la categoría «Clásicos» y encontrar pelis de Hitchcock, algunas del oeste, ver en acción a Humprey Bogart o a Audrey Hepburn, porque a los que nos gusta el cine, también nos gusta el cine clásico, pero tiempo al tiempo.

Hace poco estuve hablando con mi amiga Nieves y ella siempre suele recomendarme buenas cosas, me descubrió «Penny Dreadful» y la singular «The Leftovers» y luego me recomendó esta: «Master of None» y no me dijo ni de que iba, ni yo busqué el argumento, ni ná de ná. Simplemente, me fui a mi casa la busqué en «Netflix» y allí estaba, le di al play y pum. 10 capítulos, 1º temporada devorados en apenas unos días. Cada capítulo tiene una duración de unos 26 minutos, estilo sitcom, las sitcoms siempre son más fáciles de ver por el tono cómico, el buen rollo que dan y porque las tramas no son complicadas, ni tienes que estar atentos a si viene Pablo Escobar y sus «malparios» o los Lannisters se han peleado con no sé quien y avanzan lentos hacía «King’s landing».

Al igual que con el formato de series como «New Girl», «Modern Family», etc, «Master of none» es una serie de comedia donde los capítulos se beben tranquilamente como una cerveza fresquita en verano. Pero…, no es una comedia al uso, no es una comedia en la que las risas enlatadas te señalan cuando reírte, ni tampoco los personajes son esperpénticos y aporrean la puerta gritando el nombre de otro personaje a lo Sheldon Cooper.

Lo que presenta «Master of None» en cada capítulo es un tema diferente de esta sociedad de siglo XXI, esta sociedad de los llamados «Millenials» a través de la vida de Dev (Aziz Ansari), un inmigrante indio de segunda generación, treintañero, que vive en la siempre cosmopolita Nueva York y que intenta ganarse la vida como actor.

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Cada episodio aborda un tema actual o al menos costumbrista : como tratamos a nuestros mayores, como fueron los inicios de los inmigrantes en Nueva York, como los jóvenes somos egoístas porque ver un trailer y estar al día en series y películas es mucho más importante que ayudar a tu padre a actualizar su «ipad», el machismo, la convivencia en pareja y las manías, y por supuesto, el existencialismo de los treintañeros. Sí, sí de los treintañeros, porque «los 30» aunque quieran vendernos la moto de que son los nuevos «20», no es cierto. Y Dev, es prueba de ello.

Los treintañeros están en una especie de limbo generacional, es decir, sufriendo el síndrome de Peter Pan y en camino hacía la vida adulta «convencional», sin trabajos que sean bien remunerados de manera que puedan dejar crecer como personas, casándose porque toca o no casándose, agobiándose si tu mejor amigo se casa y pronuncia unos votos espectaculares y tú sigues sin estar seguro de lo que estás haciendo con tu vida y de sí has cumplido tus sueños para dar un sí quiero que dure eternamente. Sí, los problemas del mundo moderno. Esa sensación de ¿qué estoy haciendo con mi vida? Y si siempre me ha gustado Tokyo y quiero irme a vivir allí, ¿es tarde con 30? Y qué pasaría si siempre he deseado vivir en Chicago, ¿ya no puedo?

Pues de todos esos temas que aparentemente no hablamos en nuestras vidas y que por supuesto, que no vivimos en Nueva York, pero se pueden trasladar a tu pueblo. Esos «problemas» actuales que nos han traído también las redes sociales al mundo moderno, «problemas» que realmente no son «problemas», de todo eso, trata «Master of None».

Es una serie que tiene de fondo a la siempre perfecta y fotogénica Nueva York, por favor, que le den un Emmy, un globo de Oro, un Oscar…Nueva York siempre da bien en cámara, siempre quieres volver a pasear por esas calles. Aziz Ansari está gracioso y simpático haciendo de Dev y sus padres son la ternura personificada y sumamos que realmente son los padres de Aziz Anzari. Rachel es un personaje femenino que conquista, podría ser una musa indie perfectamente, el achuchable gigantón de Arnold, la divertida Denise o el simpático y guapo amigo asiático Brian, todos ellos hacen una pandilla de lo más amigable. Pero si hay que señalarle algo a la serie es el estupendo guión lleno de conversaciones ingeniosas, de chistes ácidos y críticas mordaces ocultas entre planos geniales de las calles de Brooklyn o Manhattan. Y el guión está escrito por Aziz Anzari y Alan Yang, una pareja creativa que funciona. Dev tiene muchas preguntas y nosotros también las tendremos después de ver esta genial serie.

¿A qué estáis esperando? No solo de «Narcos» o «Juego de Tronos» vive el espectador…

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De personajes femeninos, carisma y grandes actrices…

Que vivimos en la época de las series de tv, no cabe duda. Que vivimos en una época donde los blockbusters cinéfilos no son más que versiones, reinicios de otras sagas, secuelas y precuelas de otras, tampoco se puede negar.

Son incontables las series de tv que sigo y las que he terminado. Mis personajes favoritos son Walter White «Heisenberg» (Breaking Bad), Rick (The Walking Dead), Kevin Garvey (The Leftovers), y seguro que alguno se me escapa. Pero hoy quisiera centrarme en esos grandes personajes femeninos que nos están dejando mujeres para la posteridad «seriéfila». Podréis estar de acuerdo o no y quizás me deje alguna, porque no tengo tiempo suficiente para ponerme al día con series de actualidad como «House of Cards» donde el personaje de Robin Wright por lo visto es la leche, así que haré mi ranking de favoritas en relación a las series que he visto y sigo.

-Miss Vanessa Ives (Eva Green) de «Penny Dreadful».  No es la primera vez que la nombro, puesto que me encanta Eva Green y me encanta la serie. Serie que han terminado para mi tristeza. Vanessa Ives es un personaje tan gótico como romántico,tan maldito como encantador, tan carismático como demoníaco,tan misterioso como los ojos de Eva Green. Vanessa Ives nos ha dado a todos los amantes de la literatura gótica, todo un icono de esta corriente maldita, si Edgar Allan Poe levantara la cabeza, solo podría más que caer rendido a sus pies. Eva Green no solo ha creado un personaje tan complejo a la audiencia como al propio elenco y personajes. «Penny Dreadful» era ella y su voz impostada recitando verbis diablo, era ella y su cabello enmarañado, era ella ataviada de sus preciosos atuendos del siglo XIX, era Vanessa Green y todos los que seguíamos la serie, caímos rendidos ante esta intérprete francesa con el mejor inglés británico del mundo. Muchas veces al mirarla, levitando por las secuencias, porque es que ella no camina, más bien se desliza como un ente sobrenatural, ya no sé dónde comienza Eva y donde termina Vanessa. Miss Ives, como te echaremos de menos, tus posesiones, tus ojos fieros, tu dulzura y tus arranques de poder e ira. Perfecta, no imagino a nadie en este papel que ya no sea ella para darle vida a un icono de la serie gótica por excelencia.

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-Cersei Lannister ( Lena Headey) de «Juego de Tronos». ¿La khalessi? no, gracias. Emilia Clarke tiene la suerte de que le han dado el personaje femenino más cañero, pero para mí gusto se queda un poco en bucle, siempre con la misma mirada, con la misma cara. Sin embargo, lo que le da Lena Headey al personaje de Cersei, va mucho más allá. Sobre todo, si la habéis visto en la última temporada, media sonrisa de Cersei es toda la carrera de Emilia Clarke, porque Cersei Lannister, es mucha Cersei. Un personaje que se debate entre la devoción a sus queridos hijos y la ambición, el poder y la humillación, la ira y la venganza. Una mirada de Cersei Lannister con un levantamiento de ceja puede dejar en evidencia a cualquiera y sacar del plano a quién esté con un solo sorbo de una copa, pues Lena Headey es un monstruo interpretativo que saca de escena a cualquiera, con un solo gesto facial, por no decir, la imponente forma de hablar que tiene. Si este año tuviera que haber una ganadora al Emmy, sería ella sin duda.

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-Sarah Manning, Allison Hendrix, Cosima, etc, etc (Tatiana Maslany) de “Orphan Black”.  Lo de esta actriz no tiene nombre, es la protagonista múltipe de la no muy popular serie canadiense de ciencia ficción “Orphan Black”, serie que por cierto, recomiendo a todo el mundo que le guste ver una serie dinámica, entretenida, a veces trepidante y con una actriz que merecería todos los galardones del mundo por su interpretación de diferentes personalidades en la serie. Grandísima actriz donde las haya, no me puedo parar a analizar a todos los personajes que interpreta, porque son muchísimos, pero el éxito de su interpretación  es que el espectador es capaz de reconocer a cada personaje que sale en pantalla y ya no es solo por la caracterización física del mismo, si no por todos los matices que Tatiana Maslany les da. Una es más macarra, otra más pizpireta y repipi, otra más salvaje, otra desquiciada, etc, etc. No me quiero imaginar como será rodar un solo capítulo de “Orphan Black”, porque complicado, seguramente, un rato.

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Me quedo con estas tres pedazo de actrices y con sus personajes porque las tres comparten, esa valentía interpretativa y se lo dan a sus personajes y eso, ese carisma, esa personalidad tan suprema,traspasa la pantalla cada vez que aparecen.

Crítica al último capitulo de Penny Dreadful, temporada 3

Este post contiene SPOILERS sobre el último capítulo de la tercera temporada de “Penny Dreadful”, “The blessed Darkness”.

 

Ayer conocí la noticia de que el creador de “Penny Dreadful”, John Logan, ya había planeado que la serie no continuaría, que terminaría con esta tercera temporada, pero no sé por qué, yo no me creo que esto fuera así, debido a los hilos que se han quedado colgando. Paso a comentar mis apreciaciones, como advertía antes, hay SPOILERS.

 

Por un lado tenemos la historia de Víctor Frankenstein que gracias a la ayuda de Dorian Gray, Lily le es entregada para que la hagan una mujer decente (según sus propias palabras) utilizando los experimentos que ha llevado a cabo junto con Dr. Jekyll. Tras varios intentos de una desesperada Lily por arrancar sus cadenas de la silla, intenta apelar a los sentimientos de Víctor, en un monólogo desgarrador de como perdió a su hija. Este momento tiene una carga emocional e interpretativa magistral por parte de Billie Piper (Lily) que nos ha dado grandes momentos de rebelión como la lideresa de ese ejército de mujeres que se encargarían de forjarse su propio futuro y cobrarse la venganza de todos los hombres que se hubieran aprovechado de ellas. Pero esta historia se queda tan floja, con lo bien que había empezado. Víctor totalmente conmovido a las palabras de Lily se da cuenta de que está siendo totalmente inhumano y la libera. Lily por su parte, le agarra del cuello, para luego soltarle. Lily siempre ha demostrado tener más compasión y sentir pena por su creador que ganas de venganza. Tras enterarse de la liberación por parte de Víctor, Dr. Jekyll revela a Víctor que su padre ha fallecido y que ya puede dirigirse a él por su nuevo título a lo que Víctor responde: Lord Hyde.

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Si esta temporada hubiera sido pensada como la última, ¿a qué venía incorporar a otro personaje tan emblemático como Dr. Jekyll? Podrían haber sacado mucho jugo de esta historia, quizás seguir con los experimentos y ver como en algún momento esa ira se convertía en algo más.

Lily necesitaba cerrar su desengaño con Dorian, por lo que acude a la casa y encuentra el cuerpo de la joven y leal Justine. Dorian le explica toda su razón de ser, la belleza y la inmortalidad, le deja abierta la puerta a Lily para unirse a él en su locura de superficialidad y maldad, pero Lily se marcha, se ve alejarse de Dorian que aparece inmóvil delante de una pared llena de retratos antiguos. Esta imagen es estéticamente perfecta y tal y como Oscar Wilde en su novela, describía la casa de Dorian.

Por otra parte, Ethan, Katenay y Sir Malcolm han vuelto a un Londres pestilente envuelto en plagas de ranas y ratas, con una niebla tenebrosa y enfermiza que va matando a cada uno que pasa por la calle. Hay prisa, deben encontrar a Vanessa y se dirigen a la casa de Sir Malcolm, donde hay una criatura de la noche que ataca a Sir Malcolm, pero allí está la hábil y valiente, Catriona Hartdegen. Otro personaje de lo más interesante que nos han presentado en esta temporada y que ha salido 2 o 3 capítulos, para nada casi…En todo este lío, se une la Doctora Seward que también está buscando a Vanessa, tras haber tenido un genial encuentro con Renfield, hecho ya un esbirro de Drácula. Deciden ir al manicomio para someter a Renfield a una sesión de hipnosis para que revele el paradero de Miss Ives, y cuando ya están todos marchándose, aparece Víctor, que acaba de liberar a Lily, este encuentro es de lo más forzado del capítulo y Sir Malcolm le dice que le necesitan. Ni que Víctor Frankenstein se hubiera caracterizado en esta serie por ser un ágil guerrero, pero bueno, ya que pasaba por allí y conocía a Vanessa, “¡pues venga!”

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La patrulla se dirige a encontrar a Vanessa, mientras que Ethan y Katenay van por separado, ya que ambos saben que son hombres-lobo y trabajan mejor en equipo. Sir Malcolm, Víctor, Catriona y la Dr. Seward se encuentran cara a cara con Drácula, que los lanza directamente a una lucha contra todas sus criaturas, en ese momento, hay sangre, espadas, disparos,  una Catriona voladora al más puro estilo Lara Croft. Mientras Ethan que ya ha llegado en este momento, decide ir a buscar a Vanessa.

Tras abandonar la pelea, sube las escaleras hacía una habitación llena de velas, todo muy tétrico y al fondo, se ve la melena larga y oscura de Miss Ives, ataviada en un vestido pálido como ella. Y se da la vuelta y ella le dice algo así como: “No me imaginé que dolería tanto volver a verte”. Ethan se acerca e intenta convencerla de que la va a proteger siempre, que deben salir de allí, que él la ama y que aún hay esperanza. Pero Vanessa es consciente de que el problema no es Drácula, ni el demonio, ni ningún ente, si no que si ella sigue existiendo en La Tierra, cualquier ente diabólico querrá tenerla a su lado para traer la oscuridad al mundo, por lo que le insinúa (o se lo dice claramente), que debe morir y que la mate. Ethan con los ojos vidriosos y su voz ronca, le dice que no, pero Vanessa llora y expresa todo su sufrimiento, aparece más débil y frágil que nunca, las ojeras, la palidez, su cara, su mirada ya no expresa lucha, quiere morir. Ethan empieza a rezar el Padrenuestro y Vanessa se le une, es como un momento de esperanza para cuando parta de la vida, Vanessa no es la oscuridad y Ethan quería hacérselo saber, que al apretar el gatillo, Dios no la habrá abandonado. Y con un beso, con amor, tal y como Vanessa le pide, dispara y ella cae en sus brazos a lo que le dice: Oh Ethan, veo a nuestro Dios. Que dicho así parece que toda la serie es religiosa y no es precisamente esto, si no que ella había estado peleando fieramente por mantenerse en el lado de la luz, aun siendo una recompensa para las criaturas de la noche. Esta escena es muy bonita y tiene cierta similitud al final de la película de Drácula de Francis Ford Coppola, pero ahí era el propio Drácula quién buscaba la luz. En este caso, es Vanessa la que se sacrifica por el bien de todos, aunque sea Ethan quién tiene que tomar la terrible decisión.

Mientras tanto, Drácula está ahogando a Sir Malcolm y de repente, algo cambia en su rostro, sabe que algo ha cambiado y desaparece. Este final tan abrupto para Drácula, que se queda por ahí de nuevo vagando por el mundo y que simplemente desaparece ante la muerte de Vanessa, es bastante precipitado.

Ethan aparece con Vanessa en los brazos ante la mirada de todos. Se marchan para casa y le preparan un funeral. Sir Malcolm y Ethan hablan en la habitación de Vanessa, dicen todo lo que la van a echar de menos y Sir Malcolm le pregunta a Ethan, si se irá a lo que el muchacho americano responde: You’re my family.

Víctor le da un sentido abrazo a Ethan y se marcha, para verse luego portando el féretro de Miss Ives, negro brillante impoluto, como ella. Mientras a lo lejos se ve a la criatura de Víctor Frankestein, a Caliban, a John Clare como le llamaba Vanessa, desencajado. John Clare se había por fin reencontrado con su familia, su hijo muere y su mujer le chantajea pidiéndole que por favor, lleve a su hijo a Víctor para resucitarle y que sí no lo hace, que no se moleste en volver. John lleva a su hijo al Támesis y lo sumerge allí, despidiéndose así de la fantasía de poder haber vuelto a ser feliz. Y es él, el que tras escondido ve como todos los que querían a Miss Ives la despiden delante de su tumba, siendo los últimos en marcha Sir Malcolm y Ethan, aparece frente a la tumba de Vanessa, para tocar la tierra y recitar un poema de Wordsworth. Preciosa imagen que da paso a un The End, que a los fans, nos sabe a poco, muy poco. Y que nos deja con una tristeza absoluta de haber perdido a Vanessa, porque sin Vanessa, “Penny Dreadful” nunca volverá. Porque ella era el alma de todas las historias casi, era la que mantenía a todos los personajes de una u otra manera. ¡Qué gran serie! Y que pedazo de personajes. No solo había supuesto el “comeback” de un Timothy Dalton, sino un reencuentro con Josh Harnett dejando atrás el rollo guaperas, descubrimientos de talentos como Billie Piper y Rory Kinnear. Una estética maravillosa, grandes conversaciones que se entrelazan con literatura romántica, poetas citados como Wordsworth, Tennyson, Shelley y todos los personajes que marcaron una época de monstruos y demonios que aún siguen haciendo las delicias de los fans incondicionales de este tipo de historias.

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La echaré de menos, me quedaré con la duda de cosas que han quedado abiertas, me quedaré pensando en estos personajes más de una vez y seguiré pensando que Eva Green ha dado uno de los mejores personajes femeninos de la TV que ha sido quizás eclipsado, por la alargada sombra de la Khalessi a lomos de su dragón. Cuando Vanessa Ives, aunque en diferente registro, es un personaje mucho más complejo y más difícil de interpretar y ni siquiera con un Emmy han premiado la gran labor de Miss Eva Green.

Lo mejor: Sus personajes, la estética, las referencias literarias

Lo peor: Este final abrupto y precipitado.

 

Películas noventeras (no obras maestras) de mi adolescencia

Recuerdo los planes de mi pre-adolescencia en los 90’s antes de que todos los niños tuvieran móviles y antes de la época del «botellón», que uno de los planazos era quedar en casa de alguna amiga o amigo, comprar muchas chucherías y palomitas. Ir al videoclub y alquilar una peli.

Comprar las chucherías no era ningún problema, pero el momento «videoclub» esto que ya suena antediluviano, era tremendo, porque todos queríamos ver películas totalmente diferentes y al final, casi siempre terminábamos cogiendo alguna de terror mala, muy mala o alguna comedia americana. El listado de películas que voy a poner aquí no son ninguna obra de arte precisamente no os voy a hablar de las joyas de los 90’s del cine, os voy a hablar de las películas palomiteras que vi en su momento con doce, trece y catorce años y que me dejaron algún recuerdo.

Scream (Wes Craven, 1996). Recuerdo que alguien dijo : Mirad esta, es del director de Freddie Krueguer. Y acto seguido la cogimos, no sabíamos ni de qué iba, eso sí, preparamos el ambiente del caserón donde fuimos a verla, acorde a la película. Luces apagadas, todos distribuidos en el sofá y sillones. En mi grupo siempre había alguien fácil distraer viendo la película, pero si que es cierto que con Scream no ocurrió esto y nos tuvo a todos pegados a la pantalla, mientras veíamos a Neve Campbell intentando huir del enmascarado que llamaba tan a menudo por teléfono. Scream en su época fue un bombazo de cine teen de terror y slasher tanto que hasta día de hoy, hay gente que la considera película de culto. Si bien no era de lo más original, tenía cierto aire humorístico también y 100% entretenida que hacía que tuviera ese enganche que solo el maestro Craven sabía otorgarle a sus películas. Y a cierta generación, nos marcó, tanto que algún graciosillo empezó a imitar las llamadas telefónicas. Por supuesto, me quedo con la primera de la franquicia.

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Starship Troopers (Paul Verhoeven, 1997), creo que esta fui a verla con mi padre al cine y luego cuando salió el formato DVD fue de las primeras películas que compramos y la he podido ver 208093824293408 mil veces. ¿Es buena?, NO. Pero yo no sé que carajo tiene que siempre que la pillo me quedo a verla. Es una película de ciencia ficción que seguramente no haya envejecido muy bien con los efectos especiales, el protagonista es asiduo de TV Movies horrendas, Casper  Van Dien, seguro que sí le veis la cara, lo reconoceréis en pelis de antena 3. Eso sí, la película tiene acción por un tubo y bichos galácticos, muchos bichos. También hay rostros conocidos como Neil Patrick Harris (sí, Barney de Cómo conocí a vuestra madre) y Denise Richards. Tengo que volver a verla, a ver que tal le sienta la segunda década de los 2000.

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Jóvenes y Brujas The Craft ( Andrew Fleming, 1996), recuerdo ir al videoclub y solo íbamos chicas aquella vez y nos atrajo la portada, cuatro chicas con estilo gótico un rayo detrás y leímos el tan evidente título y dijimos, esta misma. Nos encantó en su momento, queríamos tener poderes, queríamos ser Sarah y nos flipaba Fairzua Balk haciendo de mala malísima. Y de nuevo salía la tia de Scream (Neve Campbell). Esta peli lo tenía todo para hacer las delicias de los adolescentes. Me gustaría verla de nuevo, pero bien es cierto, que es de estas películas que pasaron sin pena ni gloria y que apenas la pusieron luego en la tele.

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10 Razones para Odiarte ( Gil Junger, 1999), esta también la vimos en el cine y nos encantó. Yo me enamoré de Heath Ledger y de Joseph Gordon-Levitt a partes iguales. La BSO con un temazo de un grupo desconocido total «I want you to want me» de Letters from Cleo. Una Julia Stiles con una mala hostia del copón se llevaba todo el protagonismo en una teen movie, que aunque previsible, se te pasaba volando. Y quién nos iba a decir viendo aquí a Heath que nos daría años más tarde uno de los personajes más icónicos del cine reciente, hablo de su Joker y por supuesto, también nos dejaría en shock su muerte. También es curioso que coincidieran dos de los actores más brillantes de su generación y que ambos a su vez, colaborarían con Christopher Nolan en la saga Batman. «10 Razones para Odiarte» era puro entretenimiento adolescente. Creo que si la viera ahora, me volvería a gustar.

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Si me animo puedo hacer una segunda entrega, de películas no obras maestras del cine de los 90, para que nos recuerde a la época de los videoclubs y esas cosas, así en un ataque de nostalgia. Cuando la serie más laureada era «Médico de Familia» o «Farmacia de Guardia». Y estas pelis que he nombrado aquí, quizás me haga un maratón para verlas de nuevo y reafirmarme si me siguen gustando a pesar de lo malas que son.

Fantasía vs Realidad, I want to believe, ¿Y por qué no?

“The Walking Dead” es una de mis series favoritas. Me gusta como la sociedad ante un hecho apocalíptico va transformándose en algo distinto (o no tanto), como van deshumanizándose y luchando por la supervivencia, como la falta de recursos nos vuelve tiranos, egoístas y pasamos por encima de lo que sea y de quién sea con tal de sobrevivir. También me gusta como dependiendo de la personalidad de cada uno, podemos vernos liderados por la locura, por proteger a nuestros seres queridos, por la esperanza o la ética porque no siempre vamos a derivar en bárbaros. En resumidas cuentas como “El hombre es un lobo para el hombre” hecho serie y también un poco “El señor de las moscas” pero con zombies como enemigos y azote de la seguridad y tranquilidad de un grupo de personas que solo busca recuperar la rutina de una vida normal.

Después de ponerme filosófica, aquí viene la conversación con mi madre, que es la persona más incrédula de la historia.

-A mí esa serie no me gusta. Es más, es horrorosa, los zombies y esos ruidos. No sé qué le ves.

-Bueno mamá, pues no solo veo zombies, me gustan los personajes (y el rollo que os he contado antes).

-Es horrorosa, sangre, violencia y monstruos. ¿Pero tú has visto un zombie en tu vida?

-No, pero…

-Pues ea.

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Un “ea” puede zanjar muchas cosas, una conversación muy larga para decir que sí, dos “eas” para indicar que estás de acuerdo y por supuesto, para cortarte y decirte, “pues tengo razón y la serie es una tontería porque no existe”.

Siempre me ha gustado la fantasía y la ciencia ficción, porque si un día te levantas, desayunas, te chupas el atasco de siempre, ves a la misma gente, hablas de las mismas cosas, comes a las mismas horas e incluso las mismas canciones siguen dando vueltas en la misma emisora, ¿qué tal si al llegar a casa puedes evadirte de esta rutina monótona viendo un zombie, un reino en el que hay dragones que vuelan o gente que tiene superpoderes y qué cuando se cabrean se ponen verdes y gigantes? ¿Y por qué no?

¿Qué más me da si existe o no existe?, ¿realmente te apetece más ver la rutina en una serie de gente que va a la oficina, trabajan y ya no pasa nada más? Esa ya es la realidad. No quiero decir con esto que la ficción siempre tenga que contener magia y elementos sobrenaturales, porque también hay películas o series más costumbristas que me gustan, pero reconozco que siempre he sido más fan de lo sobrenatural. Me encantan las pelis de terror, ¿por qué? Porque I want to believe! Porque en este mundo no podemos estar solos, es demasiado egocéntrico pensar eso. Tiene que existir vida más allá de las estrellas y en otros planetas o en otras galaxias, tiene que haber más cosas encerradas entre las ondas gravitacionales, entre agujeros negros, almas y espíritus, sonidos de otros tiempos. ¿Y por qué no?

Tengo la suerte de que tengo una madre muy escéptica y un padre que a veces, espera ver una luz en el horizonte a lo Expediente X. Me gusta ese equilibrio. Pero he de decir que de niña buscaba sirenas en el mar, hadas en el bosque y que ahora de mayor, me da más miedo que me aparezca el “Krampus” en casa que un ladrón (salvando las distancias por supuesto).  Y creo que no hay nada de malo y me considero una persona muy cuerda.

Yo crecí feliz entre libros de Roald Dahl, donde Matilda tenía el poder de la telekinesis, Cristina Ricci hablaba con un fantasma llamado Casper, Marty McFly viajaba en el tiempo y había un tío con cuchillas en las manos que me daba pánico y no hablo de Eduardo Manostijeras. Lejos de perder la fe en la fantasía, sigo leyendo a Stephen King y me fascina todo lo extraño, oculto, raro, fantasioso y no quiero perderlo, porque la fantasía es lo más cercano que tengo a seguir sorprendiéndome en la vida, aunque sea cierto que la realidad supere muchas veces a la ficción.

Doy gracias a esos guionistas, escritores, pintores, cantantes, artistas que siguen sacando todo el jugo a eso que está en extinción llamado imaginación. Porque sin imaginación la Emperatriz Infantil habría muerto en la nada. Porque la mente tiene que seguir creando, sea o no sea real, porque ¿quién sabe? Julio Verne, Albert Einstein, Copérnico, Mary Shelley, Lord Byron, no fueron más que locos de la época y luego cada uno ha creado escuela en lo suyo. Y vuelvo a repetir, ¿y por qué no?

 

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The Leftovers – una serie diferente

No sé cuantas series puedo estar siguiendo, hay algunas que te da una pereza absoluta continuarlas, como «The Vampire Diaries», otras parecen que siguen en bucle sin mostrar nada nuevo como «The Walking Dead», otras se empeñan en presentarte a mil personajes «Game of Thrones» y otras te enganchan porque son simplemente obras maestras como «Breaking Bad». Luego tienes las típicas sitcoms simpáticas como «Modern Family», «Big Bang», que las ves porque duran poco y entretienen mucho. Y de repente, aparece una serie que no te recuerda a ninguna otra, una serie bizarra, una serie imprevisible, una serie que muchos dicen ¿pero de qué va esto?

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El supuesto argumento podría recordarnos a aquella serie tan mala «Los 4400». «The Leftovers» presenta un mundo donde ha desaparecido el 2% de la población mundial, así ¡pum! de golpe, sin avisar. El 2% de la población desaparece, ¿y ahora qué?

Los puntos fuertes en mi opinión de esta serie es precisamente su desaliento, su halo pesimista y lo oscura que es. No es una serie donde el humor tenga cabida. Todos los personajes sufren de una u otra forma, todos intentan seguir sobreviviendo, unos quieren olvidar y otros quieren seguir pensando en los que se fueron.

La intro es bastante inquietante, con esa música y como si fuera una especie de capilla sixtina, se ven dibujadas muchas personas que parecen ascender hasta un «cielo» o  hacía al «agujero»  que parece haberlos engullido.

La Banda Sonora de cada capítulo es genial, acompaña a cada emoción que nos está mostrando y el reparto es brutal. Destacando a un más que atractivo Justin Theroux, Amy Brenneman, una más popular Liv Tyler, Ann Dowd, etc, etc, la verdad es que en todo el reparto, cada personaje muestra un matiz diferente y las actuaciones son brillantes.

Aún no podría decir muy bien de qué va la serie, la premisa son las desapariciones, pero la verdad que luego se va viendo como este hecho tan desolador ha afectado a la humanidad, como se ha reaccionado y de qué maneras. Es una serie bastante compleja, muy filosófica que ahonda en los sentimientos, en nuestro día a día y en las emociones y en el (a veces) extraño comportamiento social y humano. Con mucha simbología, con elementos que oscilan entre lo fantástico y sobrenatural. Entre la sorpresa y la crudeza de las imágenes.

Recomendable al 100% si eres de mente abierta, si quieres ver algo diferente, si no te asusta enfrentarte ante entresijos que quizás no tengan respuestas, y si te gusta conspirar delante del televisor con cada capítulo.

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