Efecto “Crepúsculo”

Llegó por fin a nuestras pantallas, la adaptación de la novela que está revolucionando a los adolescentes, dirigida por Catherine Hardwicke. Como pareja estrella, encontramos a Robert Pattinson en el papel del fulgurante, Edward Cullen, y como la torpe y humana, Bella Swan, a la guapa Kirsten Stewart.

Si hay que algo destacable de la versión cinematográfica de la novela, es el cuidado con el que se han llevado todos los detalles de la historia. El reparto de los personajes es muy acertado, desde Charlie ( Billy Burke) hasta la pareja de vampiros más peligrosa de la historia Victoria ( Rachelle Lefreve) y un despiadado depredador, James (Cam Gigandent). Pero por supuesto a destacar, la genial caracterización de la familia Cullen, todos los actores se ciñen a las bellísimas descripciones del libro. Desde Carlisle a la frágil Alice.

El espectador puede dejarse asombrar por una fotografía espectacular y una banda sonora que seguro que arrastrará a muchos adolescentes a conseguirla, tras salir de la sala, después de haber gritado en unas cuantas escenas.

“Crepúsculo” llega a nuestros cines, después del fenómeno literario que está llevando a miles de lectores a seguir la saga. Puede decirse que la película se encuentra dividida en dos partes. La primera parte en la que se nos presenta a los personajes centrales, en concreto, a Isabella Swan, recién llegada de Arizona, va a empezar una nueva vida en Forks con su padre. Lo que no sabe es que allí encontrará un chico que le cambiará la vida, a niveles sobrenaturales. En esta parte encontramos, el lado mas edulcorado del pastel, la historia de amor, el amor prohibido, rompiendo barreras. En fin, los clichés de siempre, que siguen funcionando, en literatura y en pantalla. A partir de que la joven Bella Swan descubre que Edward Cullen es un vampiro, la película coge un ritmo mucho más intrépido, acción, escenas que merecen la pena para el puro entretenimiento del espectador.

Con cameo incluido de la autora de las novelas, Stephenie Meyer, con sonrisa complacida, parece que sabe que su “hijo” es muy rentable y que Edward Cullen, es ya motivo de reclamo para miles de adolescentes (y no tan adolescentes). Vampiros, amor, bailes de graduación, los típicos tópicos son desvelados en la película. Pero no importa, porque entretiene, cumple y se adapta a lo que es la novela. Robert Pattinson se enfunda en la piel del elegante y atractivo vampiro, desligándose del Cedric Digory de Harry Potter, y Kirsten Stewart interpreta a una sosa Isabella Swan, pero aprueban con creces como la pareja estrella de la saga y fenómeno “Crepúsculo”.

No es una película que trate de vampiros, del Drácula que todos conocemos, no es una película “vampirica” por decirlo de alguna forma, pero sí que plasma las dudas existenciales de estas criaturas…lo humano frente a lo asesino, la sed de sangre y el poder del amor, las almas gemelas existen y los espectadores salimos engañados con un montón de tópicos que ya hemos visto antes. Pero “Crepúsculo” no es un refrito de todos esos libros antes escritos (¿o sí?), ni siquiera se puede definir el embrujo de la película…

Su ritmo rápido, nos venden cosas bellas, estereotipos, nos convierte en superficiales y sin embargo, nos dejamos embriagar y arrastrar por lo que es una película de amor, con toques sobrenaturales. No es un producto nuevo, ni original, pero no lo voy a negar, quien vaya buscando una buena adaptación de libro, lo encontrará, por supuesto con sus defectos y fallos, los libros no son 100% adaptables a la pantalla grande; Quien vaya buscando una historia de vampiros, se enfadará, y quien quiera una peli pastel, la tendrá.

“Crepúsculo” es película palomitera, película fácil, pero el espectador querrá perderse de la mano de un vampiro por esos frondosos bosques.

En concreto, la sesión a la que yo asistí, el público no dejo de chillar y aplaudir, es lo que tienen las pelis para adolescentes.