Maldito Edward Cullen

¿Por qué el personaje Edward Cullen resulta tan malditamente atractivo?, ¿Por qué es un vampiro?, ¿Por qué la autora lo ha descrito como un estereotipo de chico duro pero en el fondo cada lector/a le ha adjuntado las características que siempre queremos ver?

Edward Cullen no es más que el prototipo de chico duro, el clásico chuleta, con ese halo de misterio, que si realmente existiera, ninguna chica con dos dedos de frente, quisiera para ella, por el hecho de ser ese típico chico por el que todas suspiran, el “inalcanzable”, pero a la par, dulce, caballeroso, protector… El problema que tiene Edward Cullen es que Stephenie Meyer, lo ha puesto al alcance precisamente de miles de lectores. Y cada uno lo hemos dibujado con unos rasgos diferentes en nuestras mentes. Odiando a Bella Swan, pero a la vez, sintiéndonos un poco como ella. Reconozcámoslo, la odiamos, porque no podemos meternos en el libro y ser ella. Seamos sinceros, la saga Crepúsculo no ve su éxito en su calidad literaria, ni en la forma en la que están narradas las escenas, ya que tiene un paupérrimo vocabulario y la historia se ha estirado de una forma muy comercial hasta una cuarta parte. El éxito del libro y ahora de la película, está en el personaje o personajes que se apellidan Cullen. En concreto, ese personaje que aun siendo totalmente un poco desconocido en las páginas de la primera entrega, conquista sin quererlo y aunque nos resistamos desde la primera mirada furtiva que los personajes centrales se lanzan, al final, nosotros también vimos esos ojos entre las líneas del libro.

Si…tengo una amiga a la que le presté el libro y le dije: “Intentarás resistirte, pero al final tu también caerás…”. Hablan de fenómeno adolescente, por supuesto que lo es, pero es que esos personajes tan sumamente arquetípicos han conseguido conquistar a gente entrada en años, no será un fenómeno tan adolescente y si lo es, ¡a disfrutarlo! Aunque queramos rechazarlos. No sé de donde sale el puñetero influjo que desprenden las páginas de “Crepúsculo”, para que la gente caiga como moscas. Un fenómeno de borregos dirán muchos…claro que si…y yo intento resistirme, y soy objetiva y sé que la película no es más que una apuesta comercial muy acertada por parte de la autora, que intenta seguir los pasos financieros y económicos de J. K Rowling. Pero por mucho que denuncie aquí la situación, y lo molesta que me siento, tengo que reconocer que me he leído los cuatro libros, reconociendo su pobreza literaria, pero amigos y amigas…al final, seré otra loca más en la cola del cine, para ver la puñetera película. Y la culpa la tiene un tal Edward Cullen que dibujé en mi mente.